Sistema endocannabinoide en animales

El funcionamiento del cuerpo humano es un mecanismo complejo, con procesos individuales que dependen unos de otros. El sistema endocannabinoide es uno de los olvidados, y sólo en los últimos años se le ha dado crédito tanto en humanos como en animales.

De los humanos a los pequeños

El sistema endocannabinoide es un mecanismo fisiológico innato y su función es mantener la homeostasis. Los receptores cannabinoides y los endocannabinoides hacen la mayor parte del trabajo. En un cuerpo sano, en el que el sistema no tiene que lidiar con disfunciones y enfermedades o trastornos del sistema inmunológico, todo funciona a la perfección. Pero a veces (o incluso sólo como medida preventiva), se necesita ayuda en forma de extracto de espectro completo de la planta de cannabis. Las investigaciones sugieren que esto multiplica varias veces la eficacia de los cannabinoides.

El cuerpo humano produce el aceite de cannabis.

El cuerpo humano produce sus propios cannabinoides, al igual que probablemente todos los mamíferos e incluso las formas de vida inferiores. Su precursor es probablemente el ácido araquidónico. Y eso es lo que las especies seleccionadas del reino animal no pueden fabricar. No se han encontrado receptores cannabinoides en la abeja melífera ni en el tejón melero. Pero en la mayoría de los animales (desde los mamíferos a las lombrices de tierra, pasando por los siluros y las anémonas y los nematodos), sí se ha encontrado el sistema. La cuestión sigue siendo si tiene una función idéntica a la de los humanos y si los animales pueden (y de hecho lo hacen) trabajar con los endocannabinoides en su beneficio. La mayor parte de la atención, por supuesto, se ha centrado en perros, gatos o caballos.

Apuesta por la similitud entre humanos y animales

Por ahora faltan investigaciones que especifiquen mejor la acción del sistema endocannabinoide en el organismo de los animales. Pero los expertos esperan que el proceso sea sorprendentemente similar al de los humanos, con pocas desviaciones.La mayoría de las pruebas realizadas hasta ahora son sólo con roedores, pero la atención se está centrando principalmente en los perros, donde está creciendo el interés por obtener información más detallada sobre la acción del sistema endocannabinoide y los productos derivados del cannabis.

Los perros tienen una mayor capacidad para absorber el cannabis.

Los perros tienen una mayor representación de receptores CB1 en el cerebelo, el tronco encefálico y la médula oblonga. Desgraciadamente, ésta es una de las razones por las que son sensibles a ciertas sustancias, incluido el THC (tan sólo 0,5 mg por 1 kg de peso vivo) y a alimentos poco seguros para los animales, y pueden desarrollar ataxia estática, en la que separan las patas y el único movimiento que consiguen es balancearse hacia delante y hacia atrás. Aunque los receptores tienen localizaciones diferentes en humanos y perros, la estructura y función son más o menos las mismas.

Los receptores CB1 y CB2 se encuentran en lugares diferentes, a veces incluso se entremezclan y trabajan juntos. El primero se encuentra en los fibroblastos, los mastocitos, las glándulas sebáceas y en los músculos erectores de los folículos pilosos y el citoplasma celular de la epidermis. El CB2 también está presente en las glándulas sudoríparas o en los ganglios linfáticos.

En los perros, el sistema endocannabinoide funciona de forma similar al de los humanos, donde reduce las manifestaciones de la inflamación, disminuye el dolor, favorece la digestión, equilibra las funciones metabólicas y neurológicas y elimina los problemas reproductivos y favorece un desarrollo fetal sano. Pero todo esto se basa en suposiciones y similitudes entre humanos y perros. Sin una investigación más detallada centrada únicamente en el uso veterinario, es imposible confirmar la información y construir un tratamiento a partir de ella.

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